La operación Mathieu, un desastre

En el Valencia CF continúan festejando y se siguen frotando las manos por el traspaso de Jérémy Mathieu al FC Barcelona. Un negocio redondo por el cual van a ingresar 20 millones de euros. Pese a que Amadeo Salvo, presidente del conjunto ‘ché’, busque desviar la atención y diga que la venta del francés “no es buena”, la verdad es que esta operación ha sido un desastre para los intereses azulgranas. El despilfarro de tanto dinero por fichar a un jugador que va a cumplir en octubre 31 años es una auténtica aberración.
Vía: zimbio.com

Lo más grave del caso es que el año pasado Mathieu podría haber llegado por un precio bastante inferior. Concretamente, por la mitad de lo que ha costado. Lo que pasó es que el ex entrenador azulgrana, Gerardo ‘Tata’ Martino, no lo quiso y el francés decidió quedarse y renovar su contrato con el Valencia. Su cláusula de rescisión se duplicó y ésta es la cantidad que finalmente ha tenido que pagar el Barça.

El problema es que Mathieu ya ha entrado con mal pie en su nuevo club debido a su elevado precio. Se le va a exigir más que al resto. Puede dar las gracias a Andoni Zubizarreta por este exceso de presión. Además, se le va a mirar con lupa todas las actuaciones que tenga porque, en realidad, él no es central. Cuando llegó al Valencia era un lateral izquierdo muy irregular, subía mucho la banda y luego le costaba recuperar su posición. El técnico Ernesto Valverde le reubicó en el centro de la defensa porqué ahí podía dosificarse más.

Después de tantos años sin reforzar la zaga, no se entiende como el Barça no ha ido a buscar a ese gran central. Se conforman con Mathieu que es un jugador correcto y con experiencia. Ahora mismo, sería suplente por detrás de Gerard Piqué y de Marc Bartra. La gran duda reside en si el galo podrá aguantar el desgaste físico que supone competir en un equipo de primer nivel. 

Preocupan y mucho sus maltrechos tendones de Aquiles. Para mayor tranquilidad del barcelonismo, Zubizarreta debería incorporar a otro defensa más. Está claro que con cuatro centrales en la plantilla se disiparían completamente todos los miedos.