Se presentó un día en las oficinas del Sporting
de Gijón y pidió que
dejaran de pagarle por transferencia bancaria: “No quiero que se especule con
mi dinero ni un segundo. No pienso utilizar un banco”, les dijo. Otro día,
devolvió un coche que el club había dado a cada jugador: “Me sentía mal
teniendo dos coches. No lo necesitaba”. Poves vivía una contradicción
permanente, tras lo que optó por abandonar el fútbol profesional tras haber
jugado en los filiales de Atlético, Rayo Vallecano y Sporting.
"El fútbol profesional es sólo dinero y corrupción.
Es capitalismo y el capitalismo es muerte. Y no quiero estar en un sistema que
se basa en que la gente gana dinero gracias a la muerte de otros. Mi yo
interior me impide seguir en esto", declaró antes de retirarse tras
debutar en Primera.
Durante esta época, Poves ha
estado viajando por el mundo con su pareja, visitando lugares tan peculiares
como Cuba, Irak o Senegal, una travesía durante la cual decidió convertirse al
Islam y a la que puso punto y final tras recibir la llamada de Juan Sabas,
quien le enroló en el San Sebastián de los Reyes de Tercera División.
Javier Poves ve de esta manera una forma de reencontrarse
con el fútbol humilde y la esencia del deporte rey en un equipo donde contará
con un sueldo que no llega ni a los mil euros mensuales, una cifra muy inferior
a la que podría estar cobrando de haber seguido hace tres años con su carrera.
Y es que muchas veces el fútbol 'tira' más que el dinero.
Vía: futbolprimera.es