Jorge Mendes da su último pelotazo con el traspaso de Di María

Hacía siete años que los clubes españoles de fútbol de Primera División no se gastaban tanto dinero en fichajes. Esta temporada, y a falta del cierre del mercado el próximo 31 de agosto, serán cerca de 500 los millones de euros invertidos.

Cantidad que incluso podría superarse si el Barça, ante la sanción de no poder fichar hasta 2016, busca más refuerzos, o si el Real Madrid, además de la salida confirmada este domingo de Ángel Di María, apuntala su plantilla caso de Sami Khedira, o algún otro, opten finalmente por salir del club presidido por Florentino Pérez y dejen en las arcas blancas más de 80 millones de euros.

Vía: abc.es

Reparto cada vez más desigual

Eso sí, a diferencia de entonces, ahora el reparto resulta más desigual. Sólo Barça, Real Madrid y Atlético de Madrid sumarán el 85% de ese montante. El resto, apurados para no asumir deudas que, como le ha pasado al Real Murcia, pesen en el futuro, han remodelado las plantillas con inversiones ínfimas. Valencia, Sevilla, Real Sociedad o Villarreal han desembolsado entre diez y 30 millones de euros. Los demás, menos de un millón. Y cuatro equipos –Getafe, Córdoba, Deportivo y Almería– ni un euro.

Así, con la financiación bancaria cerrada a cal y canto para casi todos los clubes, las cesiones, la llegada de jugadores libres o el apoyo financiero aportado por los fondos de inversión se convierten en las alternativas para intentar mejorar los resultados de la campaña anterior.

Mendes siempre gana

En medio de este paupérrimo panorama, hay algunos que siempre sacan provecho. Lo hicieron en época de ‘vacas gordas’ y lo siguen haciendo ahora en plena crisis económica. Cuando Gestifute, la agencia de futbolistas que dirige el portugués Jorge Mendes, haga balance el próximo 1 de septiembre, verá, como casi todos los años, que los ingresos habrán sido cuantiosos gracias a su intermediación en algunas de las operaciones más relevantes.

Diego Costa, James Rodríguez y Di María –que este domingo acudió a Valdebebas “a despedirse”, según Ancelotti– habrán sido operaciones en las que el agente FIFA luso habrá sacado una buena tajada. Cerca de 20 millones de euros correspondientes al 10% de la comisión como representante de los tres jugadores. 

El Valencia como experimento

Mendes lleva dos décadas moviendo los hilos del mercado futbolístico europeo. Oporto, Chelsea, Real Madrid y Atlético de Madrid han sido, y lo siguen siendo, sus principales fuentes de ingresos. Y ha puesto las bases para que, a partir de ahora, lo sea también el Valencia, como socio de Peter Lim, el magnate de Singapur que, a través de Meriton Holdings Limited, se ha convertido en propietario del club ché al adquirir el 70,4% de sus acciones.

Lim pone el dinero y deja en manos de Mendes y de Peter Kenyon –ex del United y director ejecutivo del Chelsea– los entresijos del tema deportivo. Ambos montaron hace cuatro años Quality Sports Investments (QSI), el fondo domiciliado en el paraíso fiscal de la británica isla de Jersey, que ofrece una rentabilidad garantizada de 10% anual para inversiones no inferiores a un millón de euros, y en el que Lim ha depositado toda su confianza.

Fichajes dirigidos

Aunque Amadeo Salvo intente aparentar estar mando del Valencia, lo cierto es que, en la práctica, no lo está. Antes incluso de que Lim fuera oficialmente máximo accionista del club, Salvo accedió sin rechistar al cambio de entrenador promovido por Jorge Mendes. 

El portugúes fue el responsable de que Salvo cesara a Juan Antonio Pizzi para poner en el banquillo a un desconocido Nuno Espirito Santo, su representado y amigo de toda la vida, que llegaba con la limitada experiencia como técnico de haber entrenado dos años al luso Rio Ave. 

Portugueses a mansalva en el Turia

Tampoco puso Salvo impedimento alguno a la cesión de dos jugadores del Benfica, André Gomes y Joao Cancelo. Jóvenes promesas que, además de estar representados por Mendes, forman ya parte activa patrimonial de Lim, al haber adquirido sus derechos económicos. No serán los últimos. En el mercado de invierno será más que probable que lleguen al Valencia nuevos refuerzos procedentes de la cartera de Gestifute y propiedad de Lim.

La misma operativa utilizada con Gomes y Cancelo ha sido empleada con Iván Cavaleiro y Bernardo Silva. Otros dos jugadores de Mendes que del Benfica han sido cedidos al Deportivo de la Coruña y al Mónaco, respectivamente.

Derechos económicos

Por los derechos económicos de los cuatro, Peter Lim ha pagado cerca de 50 millones de euros. El objetivo final es que alguno de ellos, o los cuatro, puedan llegar a despuntar y algún club grande los fiche. A más rotación, más ingresos, tanto para Lim como para Mendes. 

La práctica de adquirir derechos de jugadores se venía utilizando en Sudamérica –sobre todo en Argentina y Brasil desde hace años– pero no fue hasta 2006 cuando se tuvo constancia de la primera operación de propiedades de terceros en fútbol, el conocido third-party ownership en inglés. 

Mascherano y Tévez fueron los primeros

Entonces, dos estrellas argentinas emergentes que jugaban en el Corinthians brasileño, el hoy azulgrana Javier Mascherano y Carlos Tévez, ficharon por el londinense del West Ham United por una cantidad desconocida, para rápidamente ser traspasados al Liverpool y al Manchester City, respectivamente. 

Este despertó las sospechas de muchos y más tarde se descubrió que los derechos de Tévez pertenecían en realidad a los fondos Media Sports Investments y Just Sport, y los de Mascherano a Global Soccer y a Mystere Services. El West Ham fue sancionado y la federación inglesa prohibió ese tipo de operaciones. 

Los ejemplos de Falcao y Diego Costa

Pero lo cierto es que las mismas han seguido realizándose de una u otra manera, con más o menos trascendencia. Las últimas realizadas con dos ex jugadores del Atlético de Madrid, Radamel Falcao y Diego Costa, han sido de manual. Ambos llegaron al club presidido por Enrique Cerezo y controlado por la familia Gil con parte de sus derechos en manos de los fondos. Y en ambos casos, la cosa salió redonda.

Sus éxitos deportivos en el Vicente Calderón permitieron traspasos millonarios al Mónaco y al Chelsea. De los cien millones pagados por ambos jugadores, más de la mitad fueron a parar a Jorge Mendes, como representante, y a los fondos Doyen Sports y QSY, como tenedores de buena parte de los derechos económicos de los jugadores.